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La sociedad del espectáculos, hay que admitirlo nos encanta, nos seduce, nos invita a ver la grandilocuencia de cada uno de los “show” que este mundo nos plantea. Pensamos constantemente, ¿Qué nos ofrecerá?  Cada evento, premiaciones  en cada categoría o cada show que sintonizamos. Pero  ¿Qué hay más allá? De este trasfondo social, de este mundo que cada día se vuelve más desolador. ¿Qué hay más allá? Detrás de la televisión, de los espectáculos en tiempo real, de las premiaciones, de los live cam de la preguntas y respuestas en la red. Me aterra saber la verdad, porque se, muy dentro de mí, lo sospecha,  nuestra especie  cada día que pasa, entra en un periodo de decadencia que opaca, los grandes aportes de la humanidad. Somos el perpetuo espectador, que no tiene voz, ni voto en la decisión de los que vemos o “queremos ver”  no se nos consulta,  lo que nos gustaría ver o apreciar. Somos como dijo una vez Eduardo Galeano, un pollo en la cocina que pacientemente espera, pa

Como negarse a reconocer la belleza de la noche, que despierta de maneras inesperadas. Invitando a cada alma mortal a danzar bajo su penumbra. -miras en el retrovisor de tú automóvil, buscando esa serenidad, en las autopistas y senderos vacíos, descubiertos solo por ti y por cada farol que ilumina tu destino. Como no sentirse invitado, con esos colores mágicos.  A lo  lejos miras como se pierden los objetos, tornándose difusos y con formas amigables a vuestros sentidos. Muy dentro de ti, sabes que el destino está cerca, lo puedes sentir en tu cuerpo, el hogar, la peda o tus amigas y amigos te esperan llamándote, invadiéndote a descansar sobre sus cimientos. Cuando ya estás cerca, te conviertes en una silueta más; perdiéndose en el horizonte, fusionándote con cada objeto, que devora la oscuridad.  fotografía: Daniel Valladares, Cristihan Maldonado. 

Nuestra especie emigra desde que tiene memoria, el porqué de ello tiene muchas explicaciones; muchas de ellas históricas, socioculturales y políticas. Pero al final del día, cada quien tiene sus propias razones. A mi juicio la razón más grande es la necesidad, esa misma necesidad que vio surgir las ciudades estados o la agricultura, esa necesidad que hace que nuestra especie, viva día con día. Buscar mejores lugares para vivir o para soñar, desde la aparición del Homo Sapiens, migramos, dejando nuestra cuna en este caso África, para poblar este mundo. Hace 40.000 mil años A. C. aprox., el hombre empezó la gran jornada migratoria hacia América. En nuestro actual panorama, migrar es un delito y el migrante es un paria, sobre todo cuando vienes del tercer mundo. Migrar es el sinónimo del desprecio, de todo aquello que la sociedad quiere tapar y guardarlo en su propia caja de pandora. Latinos, musulmanes y africanos el trinomio del mal para la elite xenofóbica,  si eres uno el

El hombrecillo salió del culo, meditativo y sobre todo con temor a lo que podía encontrar, se percató, al apretar los labios, que podía sentir otros estímulos estéticos que jamás había sentido ni soñado. La experiencia estética, fue tan densa que descubrió que era un ser fuera de este mundo, que era más que un habitante anal, era sobre todo el primer individuo en meditar tales goces existenciales. Alzo la cabeza al cielo y dijo: -soy algo más allá de este mundo carnal. Saliendo de la boca del culo, descubrió que había todo un mundo por delante, a pesar de su aprisionada vivencia, carente de toda conexión con el mundo exterior, se propuso comprender todo lo que lo rodeaba. Rápidamente aprendió de literatura, historia, sociología, antropología y toda pendejada que terminara  “logía”.  A pesar que mal interpretaba cada una de ellas,  pero él se sentía magnánimo con todos los conocimientos que adquirió o creía haber adquirido. Después de varios años de carrera

Esos días en los que te sientes desplomado, casi como un pájaro que cae del cielo, al final revisas tu bolsillo y sientes que un camión pasa sobre tu garganta, tanta energía que tienes y se desmorona al no poder realizar tus proyectos personales. Al final del día solo sientes que las facturas se acumulan, sientes que no avanzas, a pesar de eso sigues y continuas buscando ese giro de la fortuna para no caer, para seguir en vuelo, para cumplir cada una de tus metas. Sales a correr para distraerte o sencillamente te tomas una cerveza, para refrescar tus ideas; darle esa vuelta de página que tanto lo necesita, en este punto. Todas y cada una de las caídas tarde o temprano son para aprender, lo que nos dicen para consolarnos, para crear sobriedad en nuestras ambiciones sin cuestionar absolutamente nada Soñamos más el fin del mundo, como lo mencionaba Žižek, que un simple cambio de nuestro sistema que cada día mas nos miente, nos ensordece, nos quita nuestras libertades indivi

-Los ídolos del ser humano se levantan. -Al ver la necesidad de sus propios creadores. La compasión nace en ellos, como una esperanza trascendental. - animo dicen los dioses, tú necesitas creer, -¡Creer! ¿En qué? Ilústrame. De pronto y como acto de magia, los dioses y las parcas se compadecieron del ser humano, otorgándole necesidades fueras de lo normales. -Consumé, consumé, consumé  y sigue consumiendo ¡tú necesitas amar! -Pero yo, ¡amo a alguien! -Mentira,  no amas los suficiente, y no amas lo necesario. El amor es la perpetua búsqueda de lo inmensurable. -Necesito amar más y más y más… -Por supuesto. Acto seguido el humano actuó de manera errática, brutal en sí misma, devoro todo lo que tenía a su paso, todo por la necesidad de amar más y más, consumía todo lo que miraba y tocaba. Creaba objetos innumerables fetiches incontrolables de consumo, para él y para todo el que lo necesitaba. Comía y defecaba amor, pero al final